Ser no violento es abrazar la diversidad de la humanidad.
¡La violencia empieza en casa y tenemos que ponerle un
alto desde la raíz! Está comprobado que todos los asesinos y criminales
seriales torturaron, maltrataron y mataron a animales en su infancia y
juventud. Cuando un niño crece en un ambiente donde el maltrato es
normal, se acostumbra a la violencia y la ve como algo permisible y correcto,
como parte de su vida diaria, perdiendo así el sentido de la compasión y del
respeto por el sufrimiento de otros. En una sociedad donde nos
desquitamos siempre contra los más débiles, los animales ocupan el primer peldaño
en la escalera de la violencia, siendo por lo tanto los seres más vulnerables
al maltrato. Démosle voz a quien no la tiene y enseñemos a los niños a respetar
todos los tipos de vida sin importar cuál sea su forma, para así formar mejores
seres humanos que estén en contra de la violencia en cualquiera de sus
manifestaciones.
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